Tiempos, fuerzas

Todo marcha bien en algún momento, y luego las cosas pueden tomar otro rumbo, otras veces solo nada pasa.


Un diciembre de 2,010 visitamos San Andrés Semetabaj, Sololá con mis padres, viajamos en camioneta, visitamos un tía (Verónica) ella trabaja como betlemita en conventos e internados académicos, en esa ocasión fuimos para allá a visitarla, yo personalmente recuerdo haberla visto unos 8 años antes, entonces solo recordaba su vestuario, pero, al verla noté que pues tenía mucho de familiar con mi madre siendo su tía, ya que era una persona de carácter fuerte, y además claro con muchas virtudes como la disciplina, el orden y la limpieza, tuvimos una estancia agradable y un buen recibimiento ante su superiora, estuvimos alegres y comimos rico, eso lo tengo muy presente, sin embargo, no fue todo, en la última parte de esa visita nos dijo que tenía un obsequio para la familia y quería saber si podíamos recibirlo y llevarlo... 

Yo lo nombré Duke, como se sabía era una regla y prohibición no llevar a la cama a las mascotas, debajo de las gradas para subir al cuarto que está en el patio trasero había un cubículo para que él durmiera, mi madre compuso chamarras.. unos minutos después le abrí la puerta y lo guié a mi habitación, durmió en mi cama como un oso, al día siguiente mi madre se dio cuenta y me llamó la atención, sin embargo, sus ojitos inocentes le causaron ternura a mi madre y permitió que ciertos días pudiera dormir en la habitación más no en la cama, desde ese punto respetamos el trato, ya que a Duke tampoco le simpatizaba dormir directamente en la cama, y sucesivamente pasaban los días, semanas, meses y años... 

Una etapa de mi vida la recuerdo como triste, debido a un noviazgo poco sano, puedo confirmar que el 90 por ciento de esa tristeza fue mi irresponsabilidad por no tener el suficiente valor de ponerle un punto y final, un alto. Duke precioso estuvo siempre ahí. 

Los días más comunes y a la vez los extraordinarios, Duke precioso estuvo siempre ahí. 

Los días temerosos, como la vez que me sentía fatal y fuí a la montaña con su única compañía para olvidar el mal rato, Duke precioso estuvo ahí.

La vez que la pandemia nos invadió la tranquilidad y la cotidianidad, Duke precioso estuvo ahí. 

La vez que me despidieron del trabajo, el que se había vuelto mi hogar, Duke precioso estuvo hasta retomar la sonrisa, ahí otra vez.

Todo ese proceso casi imposible de poder terminarse, los exámenes privados, con cosas cargando además, no sé si justas o no, pues Duke precioso también estuvo ahí.

Las veces más felices que la he pasado, Duke precioso ha estado ahí, unas veces ladrando, otras haciendo sus sonidos de ternura, otras veces solo me ha observado y ha deleitado verme ahí. 

De todas ellas, tengo muy presente una ocasión que marcó mi vida y una noche antes, Duke precioso hizo un chillido incomparable, se acurrucó a mi lado cuando dormía en mi cama, y no dejaba de lloriquear, yo lo abracé muy fuerte y le dije: todo va estar bien. Al día siguiente.......... sin embargo, nuevamente vi el amanecer., en fin, la vida y su dualismo. 

Un 23 de julio de este año en el calendario Gregoriano, y un 9 keme del calendario Cholq'ij, tuvimos que darle un hasta pronto yo y mi familia.

Por cuestiones puramente naturales el ser vivo se va deteriorando, y sufre caídas que se manifiestan en enfermedades, dolencias físicas, entre otras, las que son inevitables y en una de ellas arrebatan la vida. Hoy puedo decir que estoy agradecida con la vida, el universo, el cosmos y la madre naturaleza por permitirme darle una despedida digna y decente en vida, siempre voy a estar agradecida por haber conocido un ser tan leal, tan honesto, tan sincero, tan entregado, y tan protector como mi precioso Duke, que en paz descanse. 


GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS UNIVERSO.  

Pd. Ahora una gatita es mi amiga, su nombre es Lana, disfruto observarla en su naturaleza, y comprendo que cuando el hoy se disfruta, la vida es mejor. 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

HERMANO DEL ALMA