Sin importar las diferencias, siendo usted el blanco y yo el negro, al menos me atreví a tomar su papel de blanco, aunque casi nunca, solo unas pocas veces, sin embargo trato de seguir haciendo lo que puedo; tal vez alguna vez caí pero ahí estuvo usted y me hablo seriamente diciendo: usted es S de papá y A de mamá y eso significa que no hay espacio para quedarse tirada porque lo mucho que hacen ellos a pesar de los regaños son por algo, se llama amor y pase lo que pase nada va a ser fácil. Usted hermano mío que estuvo allí en mis triunfos y fracasos, usted que no le importó la situación... Usted que siempre ha estado allí, lejos o cerca, no importando como. A veces uno nunca se imagina los tremendos cambios que pueden pasar en usted y yo, no toda la vida vamos a ir al cine, ni a caminar con Duke, ni ir al Estadio, ni a molestar con los primos, o a donde sea; va llegar un día en el que cada uno tome un rumbo distinto por razones desconocidas, sin embargo sin importar la distancia d
Todo marcha bien en algún momento, y luego las cosas pueden tomar otro rumbo, otras veces solo nada pasa. Un diciembre de 2,010 visitamos San Andrés Semetabaj, Sololá con mis padres, viajamos en camioneta, visitamos un tía (Verónica) ella trabaja como betlemita en conventos e internados académicos, en esa ocasión fuimos para allá a visitarla, yo personalmente recuerdo haberla visto unos 8 años antes, entonces solo recordaba su vestuario, pero, al verla noté que pues tenía mucho de familiar con mi madre siendo su tía, ya que era una persona de carácter fuerte, y además claro con muchas virtudes como la disciplina, el orden y la limpieza, tuvimos una estancia agradable y un buen recibimiento ante su superiora, estuvimos alegres y comimos rico, eso lo tengo muy presente, sin embargo, no fue todo, en la última parte de esa visita nos dijo que tenía un obsequio para la familia y quería saber si podíamos recibirlo y llevarlo... Yo lo nombré Duke, como se sabía era una regla y prohibición no
Comentarios
Publicar un comentario